A través de la pre-fermentación, la fermentación y la post-fermentación, el delicado equilibrio de sabores en sus uvas evoluciona de manera óptima para crear un sabor sofisticado y equilibrado. La monitorización química constante a través de cada fase ayuda a garantizar que se desarrolle el perfil de sabor esperado.
En esta infografía se muestra qué puede pasar cuando un buen vino se echa a perder y conocer qué puede pasar sin monitorizar la acidez, el nitrógeno, el oxígeno y la turbidez.
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